Sunday, May 25, 2008

Carta de los Padres de Rafael, Eduardo y Pablo Vergara Toledo

Por Luisa Toledo Sepúlveda y Manuel Vergara Mesa

"El mundo tiene todo el derecho a dudar de la sinceridad de las personas que se oponen a la violencia revolucionaria, sin haberse opuesto antes a la violencia institucionalizada que la provoca" (padre Miguel D'escotto).

Queridos compañeros y compañeras de lucha:
Les escribimos Manuel y Luisa, los padres de Rafael, Eduardo y Pablo Vergara Toledo.
Queremos compartir, como siempre lo hemos hecho, nuestros sentimientos, nuestras emociones, respecto de lo que ha acontecido con el caso del asesinato de nuestros amados Rafita y Eduardo, concretamente sobre el fallo que acaba de emitir el juez Carlos Gajardo, dictando sentencia para los criminales, funcionarios de la Institución de Carabineros de Chile. Ustedes ya deben haberse enterado de todo a través de los medios de comunicación. Nosotros dimos dos entrevistas en el día de ayer a través del canal 7 y 13 donde dijimos muchas cosas, pero, como siempre no salió nada, y es por eso que decidimos enviarles esta carta.
Nuestro primer sentimiento es de agradecimiento a todos y todas, hombres, mujeres, jóvenes y niños que nos han acompañado desde siempre en nuestro peregrinar de estos 23 años de dolor y de lucha, especialmente a los jóvenes que dieron una lucha más frontal contra la represión que siempre ha estado presente hostigándolos, amenazándolos, tomándolos presos, castigándolos, manchándoles sus papeles de antecedentes, haciéndolos perder sus trabajos y sus lugares de estudio y en este último 29 de marzo, asesinando a dos jóvenes pobladores y tomando presos a cientos en todo el país, algunos de los cuales todavía permanecen en las cárceles sin acusaciones formales, sino más bien como una forma de castigo ejemplarizador para otros.
Sin esta red de amor y compromiso que hemos formado a través de los años no habría sido posible llegar al punto en que estamos hoy día, sin esta red de amor y compromiso habríamos quedado solos y el caso se habría quedado en la "justicia militar en total impunidad", como los criminales querían y como de hecho muchos casos han quedado.
GRACIAS por su valentía, porque a pesar de las campañas de terror montadas por los gobiernos de turno, siempre, siempre están sus rostros ahí presentes que nos dan fuerzas y valor para seguir, a pesar del cansancio. Muchos con sus bebés en brazos, lo que nos conmovía profundamente.
Otro sentimiento que nos embarga es que no queremos ser "un caso especial", lo que nos impide sentir siquiera un poquito de alegría, porque son miles y miles a quienes se les debe el mismo respeto y el mismo trato de seres humanos pasados a llevar en su dignidad y a quienes se les arrebató su preciosa vida. Quisiéramos esta justicia para todos y todas, pero como sabemos que no va a ser así, les ofrecemos este logro nuestro a todos los caídos y, en especial a aquéllos anónimos que nadie recuerda ni siquiera su nombre: Benditos sean todos ustedes: Lumi Videla, Carmen Bueno, Miguel Enríquez, Jorge Humberto D'Orival, Patricio Sobarzo, Lucía Vergara, Arturo Villavella, Sergio Peña, Cristián Castillo, Hugo, Rodrigo Rojas, Jecar Neghme, Luis Alberto Silva Jara, Cecilia Magni, Raúl Pellegrini, Pablo Vergara, Aracelli Romo, Tatiana Fariña, Ronald Wood, Alex Lemun, Ariel Antonioletti, Mauricio Maigret, Pablo Muñoz Moya , Andrés, Mauricio, José Miguel, Norma, Yuri Uribe, Claudia López, Carlos Aedo, Daniel Menco, Rodrigo Cisternas, Matías Catrileo, René Palma, Jhoni Cariqueo y miles de otros del pueblo pobre al que pertenecemos.
Los crímenes cometidos por la Dictadura militar y por los gobiernos de la Concertación en estos últimos años tienen como lógica y justificación el menosprecio, el temor y la connotación de violentistas subversivos de las personas a quienes se les arrebató la vida y por otro lado, la ambición de poder, riquezas y la soberbia e ignorancia de los que detentan el poder.
Son muchos de nosotros, miles de mujeres, hombres y niños que derramaron su sangre en crímenes atroces.
Son miles de nosotros, hombres y mujeres que sufrieron la perdida de su libertad en las mazmorras de la CNI, en encarcelamientos largos y desgastadores.
Son miles de nosotros los torturados en casas de tortura quitándoles muchas veces su vida, siempre su dignidad y su deseos de seguir viviendo.
Son miles de nosotros los detenidos y hechos desaparecer de la faz de la tierra.
Son muchos de nosotros los que perdieron su cultura en un exilio forzado y doloroso.
Todos estos seres humanos fueron un ensayo único y precioso de la naturaleza, cada uno de ellos fueron un punto particularisimo, importante, y siempre singular en que se cruzaron los hechos del mundo solo una vez de aquel modo y nunca más.
Un abrazo fuerte y fraterno.

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